
La alimentación es uno de los pilares fundamentales para lograr una mejor salud y calidad de vida en personas de todas las edades, pero especialmente en las personas mayores. Por eso es importante atender correctamente alteraciones que influyen en la nutrición e hidratación como la disfagia.
En las residencias ORPEA, la nutrición de los mayores es una cuestión relevante. Por eso realizan una valoración nutricional para conocer las necesidades de cada residente y poder adaptar la alimentación a sus requerimientos y preferencias.
Una de las alteraciones que más influyen en la correcta alimentación de las personas mayores es la disfagia o dificultad para tragar alimentos, tanto sólidos como líquidos, e incluso la saliva. El propio proceso de envejecimiento es una causa en sí misma de la disfagia por el debilitamiento de los músculos implicados en acción de masticar y tragar, la pérdida de piezas dentales o la reducción de la salivación. Las personas con enfermedades neurodegenerativas, como alzhéimer o párkinson, también tienen mayor riesgo de padecer disfagia.
Para lograr que los mayores se nutran correctamente y disfruten del momento de la comida, que por otra parte es uno de los que más les motiva, es preciso modificar la textura. Con este fin, ORPEA ha innovado en el concepto de comida texturizada, y ha desarrollado una técnica de preparación de los alimentos que asegura una nutrición adecuada sin perder la esencia del placer por la comida. Asimismo, todos los centros ORPEA cuentan con cocina propia, liderada por cocineros, que ofrecen unos menús variados y que mantienen las propiedades organolépticas, estimulando así el sentido olfativo.
Atención para una mayor seguridad en la alimentación
Según datos recientes, el 51 % de las personas que viven en residencias padece disfagia. Por tanto, se trata de una alteración importante, tanto por su prevalencia como por sus consecuencias, ya que la disfagia puede favorecer la desnutrición y la fragilidad de las personas mayores, si no se realiza una alimentación adecuada y adaptada. Además, puede provocar tos y atragantamientos.
En ORPEA cuentan con la colaboración de logopedas que se encargan, junto con los médicos del centro, de diagnosticar y establecer el tratamiento apropiado de la disfagia. Además de trabajar la función deglutoria con el fin de mantener la funcionalidad, establecen ciertas premisas relacionadas con el entorno y con la postura a la hora de comer. Por ejemplo, estos especialistas recomiendan comer en espacios tranquilos y sentados de forma erguida. Se debe comer despacio y en pequeñas cantidades, sin utilizar pajitas ni jeringas. Tras la comida, es conveniente que la persona se mantenga incorporada durante al menos 30 minutos.