
La diabetes es una enfermedad metabólica crónica muy prevalente en los ancianos. La Sociedad Española de Diabetes (SED) estima que una de cada tres personas mayores de 75 años tiene diabetes. Conoce las claves para controlar la diabetes en las persona mayores.
Esta enfermedad se debe a un mal funcionamiento del páncreas, lo que favorece un aumento de los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre. La alimentación, el ejercicio físico y el seguimiento del tratamiento son las claves para controlar la diabetes en las personas mayores y evitar que se produzcan complicaciones que perjudiquen la calidad de vida y el bienestar de las personas que la sufren.
La diabetes se caracteriza porque el páncreas no genera insulina (diabetes tipo 1) o produce insuficiente (diabetes tipo 2) para llevar la glucosa a las células y que estas se transformen en energía. Como consecuencia de esta alteración, aumentan los niveles de glucosa en sangre. Y pueden afectar, a medio y largo plazo, a los riñones, los nervios, el corazón, las extremidades inferiores o la vista.
Para evitar que la glucosa aumente y produzca complicaciones, las personas con diabetes, además de seguir correctamente el tratamiento prescrito por el especialista, deben controlar su alimentación y practicar actividad física. Por ello, en los centros ORPEA “equipos profesionales multidisciplinares, especializados en geriatría, valoran al residente y determinan la intervención nutricional, de ejercicio físico y farmacológica adecuada a sus necesidades y a los objetivos que se pretenden lograr. Asimismo, hacen el seguimiento continuado”, explica la doctora Victoria Pérez, directora Sanitaria de ORPEA.
Alimentación en las personas con diabetes
Las personas con diabetes pueden tomar todo tipo de alimentos de forma equilibrada y en las medidas adecuadas para controlar su patología. No obstante, deben prestar especial atención a la ingesta de hidratos de carbono (pan, pasta, arroz, legumbres, cereales…), pues son los nutrientes que se transforman en glucosa.
“La Dieta Mediterránea sigue siendo la opción más recomendada”, explica Victoria Pérez. Cocina sencilla, rica en vegetales y con abundancia de frutas y verduras en la mayoría de las comidas. Asimismo, es importante mantener un peso saludable y evitar alimentos y bebidas ricas en azúcares y grasa saturadas: fritos, rebozados, empanados, bollería, salsas, alimentos procesados, cacao… Los hidratos de carbono, mejor integrales, y alcohol puede tomarse, pero con moderación.
En ORPEA el equipo médico y expertos nutricionistas elaboran menús específicos para las personas con diabetes, teniendo en cuenta las recomendaciones para estos residentes. Además, los centros cuentan con cocinas propias, en las que los chefs cocinan platos sanos y equilibrados con productos frescos y adaptados a las necesidades de las personas con diabetes.
Beneficios del ejercicio para las personas con diabetes
La actividad física es otro pilar fundamental del tratamiento de la diabetes, ya que ayuda a reducir la glucemia en sangre. No obstante, “es importante conocer cómo responde el organismo de cada persona, para regular el tiempo y la intensidad y evitar bajadas excesivas de glucosa durante o después del ejercicio”, sostiene la doctora Pérez.
Por ello, antes de practicar cualquier actividad, el equipo médico valora las capacidades de la persona mayor y prescribe aquellas que son más recomendables en su caso. En los centros ORPEA se realizan actividades físicas para mantener el buen estado físico de los residentes. Se trata de ejercicios dirigidos y coordinados por monitores que conocen las necesidades de cada persona y adaptan la terapia para conseguir unos objetivos concretos.
Control de la medicación
Controlar la medicación es fundamental para la buena salud y bienestar de la persona con diabetes. Siempre se deben seguir las recomendaciones de los especialistas. Además, se requiere de un seguimiento periódico de los índices de glucemia en sangre para evitar tanto las hiper como las hipoglucemias
Una de las complicaciones es la hipoglucemia, es decir, el descenso de los valores de glucosa en sangre por debajo de 70 mg/dl. Se caracteriza por la aparición de sudoración, mareo, confusión y, específicamente en personas mayores, caídas (con el consiguiente riesgo de fractura de cadera y de dependencia funcional).
Por otro lado, la diabetes aumenta el riesgo de eventos cerebrovasculares (ictus). Y debido a esto o al exceso de azúcar en sangre (hipergluciemias), las personas mayores con diabetes tienen mayor riesgo de presentar deterioro cognitivo y trastorno anímico.
Los profesionales de ORPEA prestan atención a todos aquellos mayores con enfermedades crónicas y/o polimedicados para conseguir una correcta adherencia al tratamiento y, en consecuencia, una mejor calidad de vida.