El segundo curso de la Cátedra ORPEA 2018 en Paciente Anciano centra la mirada en cómo revertir la fragilidad

08/06/2018

La fragilidad es un síndrome relacionado con el envejecimiento que preocupa a los profesionales sanitarios y sociosanitarios porque está relacionada con mayor mortalidad y discapacidad de las personas que la padecen. Por suerte, es reversible gracias al ejercicio físico y la suplementación nutricional. Así se puso de manifiesto en el segundo curso de la edición 2018 de la Cátedra ORPEA en Paciente Anciano, titulado “Ejercicio físico y nutrición hiperproteica: una sinergia ganadora en el anciano frágil”, que tuvo lugar el miércoles, 6 de junio, en el Hospital Universitario HM Montepíncipe.

Esta charla se enmarca dentro del programa de formación que ORPEA pone a disposición de su equipo médico y sanitario. La calidad en la atención es uno de los pilares sobre el que se asientan los valores del grupo residencial. Y, para ello, es de vital importancia la formación de su personal. Es por eso que desde ORPEA se apuesta por una promoción constantes de formación interna. Algo que se consigue a través de cursos, ponencias y útiles herramientas puestas al alcance del personal de todos los centros del grupo.

La directora Sanitaria de ORPEA, Victoria Pérez, y la médica adjunta del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario HM Montepríncipe, María José Tejada, fueron las encargadas de inaugurar la jornada.

A continuación, Javier Martínez Peromingo, coordinador Sociosanitario de Hospitales Públicos de Madrid Quirónsalud y médico geriatra del Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, destacó en su ponencia “Valorar para poder prescribir la sinergia ganadora en el anciano frágil en el ámbito residencial” que la valoración de la fragilidad y el estado nutricional del mayor deben formar parte de la valoración geriátrica integral. También insistió en que “la capacidad funcional es un instrumento fundamental a la hora de valorar la fragilidad y las complicaciones adversas que ésta puede conllevar”. Y explicó métodos sencillos para realizar esta evaluación. “Se deben usar herramientas validadas, adaptadas a nuestro medio y que pueda ser llevada a la práctica”, aseguró.

Por otra parte, el doctor Martínez Peromingo y Álvaro Recio Montoro, fisioterapeuta del hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, reflexionaron sobre “La prescripción de la sinergia ganadora (ejercicio y suplementación nutricional)”. El geriatra puntualizó que combinar suplementos con ejercicio físico refuerza los efectos que tienen cada una de las intervenciones de manera independiente sobre la masa muscular, la fuerza, el balance y la velocidad en las personas mayores de 65 años. Además, “si la ingesta de proteínas se realiza justo después del ejercicio físico tiene un efecto óptimo en los músculos”, subrayó.

En lo que respecta actividad física, Martínez Peromingo afirmó que los médicos deberían prescribir ejercicio físico como si de un medicamento se tratara, porque la actividad está relacionada directamente con el índice de fragilidad. En este sentido, Álvaro Recio hizo recomendaciones para construir un plan de ejercicio físico eficaz con distintos tipos de entrenamiento, en función de la capacidad funcional de la persona mayor.

 

Pie de foto Álvaro Recio, Victoria Pérez, María José Tejeda y Javier Martínez Peromingo

 

 

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