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Alteraciones renales en la tercera edad

El riñón es el órgano arterial por excelencia, y ocupa un lugar relevante en el proceso y en las consecuencias del envejecimiento. Si aceptamos que para todo el organismo, el principio según el cual el hombre tiene la edad de sus arterias, tanto más deberíamos aceptarlo en relación al riñón.

 

A medida que se envejece, las personas mayores sufren cambios en su sistema urinario, especialmente en los riñones y en la vejiga, afectando en gran medida a su funcionamiento normal.

 

Antes de pasar a comentar qué alteraciones son frecuentes en edades avanzadas, es importante saber cuál es la principal función de los riñones para el organismo.

 

La principal función de los riñones es filtrar los desechos y toxinas que son expulsados con la orina. Ayudan en la regulación de la composición de la sangre, y mantienen el equilibrio de electrolitos y fluidos en el cuerpo.

 

En una persona sana que envejece, la función renal permanece normal. Sin embargo, el comienzo de alguna enfermedad relacionada o los medicamentos, pueden afectar en mayor o menor medida al funcionamiento normal de este órgano vital.

 

Dos de los principales cambios en los riñones que se pueden presentar con la edad son:

 

– La reducción del tejido renal, llamado “atrofia”, debido a una dolencia o desuso. En estos casos, se presenta un inadecuado suministro de sangre a los riñones.

 

– En otros casos, los vasos sanguíneos que irrigan el riñón se pueden endurecer. Esto provoca que los riñones filtren la sangre más lentamente.

 

Algunos de los cambios que puede sufrir una persona de edad avanzada o un adulto mayor en la vejiga son:

 

– La pared de la vejiga cambia, el tejido elástico se endurece y ésta se vuelve menos elástica. En este caso, la vejiga no puede contener tanta orina como antes.

 

 – Los músculos de la vejiga se debilitan

 

Es importante tener en cuenta que en edades avanzadas, la deshidratación se presenta con más facilidad, ya que las personas de edad frecuentemente experimentan menos sensación de sed. Y para el correcto funcionamiento del sistema renal es de vital importancia una correcta hidratación.

 

Además, la deshidratación también se puede agravar si una persona de edad avanzada reduce la ingesta de líquidos en un intento por disminuir los problemas de control vesical.

 

Cuando se trata de prevenir las enfermedades de los riñones, indiscutiblemente la mejor alternativa es el agua, pues es realmente importante que nuestro cuerpo permanezca hidratado, de esta manera tendremos menos oportunidades de adquirir infecciones o problemas relacionados.

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