Demencia senil agresiva: síntomas y cuidados

01/12/2023Patologías en personas mayores

En etapas avanzadas de demencia es posible que la persona pueda llegar a sufrir episodios de agresividad. Esta demencia senil agresiva, cuando ocurre, generalmente se manifiesta como reacciones violentas, verbales o físicas, hacia los cuidadores o hacia las personas del entorno. 

Estos comportamientos pueden ser muy desafiantes y estresantes, tanto para la persona que los experimenta, como para los cuidadores. No obstante, es importante entender que la demencia es una afección compleja y que la persona no está actuando por voluntad propia, sino que puede existir una dificultad o una necesidad no atendida que motiven esta reacción agresiva.

Si estás preocupado porque un ser querido muestra síntomas de demencia senil agresiva, en este artículo vamos a tratar de facilitarte unos consejos esenciales para saber cómo actuar en estas situaciones y cómo tratar de evitar las reacciones violentas. 

Síntomas más comunes de la demencia senil agresiva

Cuando la demencia senil llega a una fase agresiva es posible detectar algunos síntomas como:

  • Agresión verbal. La persona puede utilizar un lenguaje agresivo, grosero, insultante o amenazante hacia los demás, incluyendo a sus cuidadores y seres queridos.
  • Agresión física. En los casos más extremos de demencia senil agresiva, la persona puede dar golpes o patear objetos de su entorno e incluso arañar, morder o empujar a otras personas, a menudo sin una razón aparente.
  • Agitación. Las personas con demencia pueden sentirse especialmente inquietas o ansiosas, lo que puede manifestarse como movimientos constantes, gritos o agitación general.
  • Sospecha y paranoia. Es posible que la persona mayor con demencia senil se vuelva desconfiada de las personas a su alrededor e, incluso, puede llegar a creer que los demás le están haciendo daño o conspirando en su contra.
  • Irritabilidad. La irritabilidad es común en las personas con demencia, y pueden enojarse fácilmente por situaciones cotidianas.
  • Cambios en la personalidad. También la demencia senil puede hacer que la persona experimente cambios en su personalidad, y se vuelva más impulsivo o temperamental.
  • Resistencia a la atención o los cuidados. También es posible que la persona se oponga activamente a recibir ayuda o cuidados, lo que puede dificultar la atención y el apoyo adecuado.

Consejos para actuar ante una persona con demencia senil agresiva

Es normal que la demencia senil agresiva de un ser querido nos afecte y debilite nuestras energías. Para tratar de evitarlo, aquí te proponemos unos consejos que pueden ayudarte:

Entiende el porqué de su agresividad

Lo primero que debemos hacer es tratar de entender a la persona y saber cómo actúa su enfermedad con el fin de comprender su comportamiento y evitar las posibles agresiones.

Para empezar, debemos entender que los cambios cognitivos y los sentimientos de la persona con demencia senil pueden incidir en su carácter y desencadenar la agresividad. El dolor físico, la frustración y el enfado por no poder realizar tareas cotidianas, o el miedo y confusión, y los delirios y alucinaciones, propios de la demencia, pueden conducir a fases de agresividad y ataques de ira.

No te tomes la agresividad como algo personal

Trata de entender que esta agresividad es un síntoma que acompaña a la demencia, y que la persona no se comporta así de forma voluntaria. 

Identifica qué causa las reacciones agresivas

Puesto que la agresividad responde al miedo, a la ira o a la confusión, conviene tratar de detectar qué es lo que provoca estos sentimientos y desconfianza. No siempre es fácil averiguarlo, pero sí que podemos tratar de no contradecirle ni enfrentarnos a la persona, sino dejar que se calme cuando vemos que se está empezando a molestar. 

Así, por ejemplo, si la conducta agresiva sucede al llegar la noche, en vez de forzar a la persona para que se acueste y enfrentarse a ella, sería más adecuado poner en marcha una serie de rutinas (luz tenue, música suave, ponerse el pijama, etc.) y así te anticipas y evitas aquello que dispara su agresividad.

Procura que se sienta cómodo

Si la persona se siente incómoda o molesta y no le resulta fácil comunicarse, es posible que se sienta frustrada, y este malestar puede ser la causa de sus reacciones agresivas. Un entorno agradable, cálido y seguro, así como seguir una rutina en el día a día, pueden resultar de gran ayuda para la persona con demencia senil agresiva.

Comunicación y empatía

Mantén una comunicación tranquila y comprensiva con la persona afectada. Trata de empatizar con sus sentimientos y preocupaciones, y procura explicarle con paciencia qué es lo que estás haciendo cuando le procures cuidados o cuando haya algún cambio en su rutina.

Busca conversaciones o acciones que le muevan a la calma

Si ves que se está agitando, conviene que desvíes su atención hablándole de cualquier tema que le resulte más placentero y le genere mejor humor, o bien, puedes poner música que le relaje, por ejemplo.

Pide ayuda profesional

Si no eres capaz de rebajar la agresividad de tu ser querido afectado por demencia senil, puedes consultar con el médico de familia o geriatra. Además de facilitarte más consejos para lidiar con esta difícil situación, también podrán pautar un tratamiento médico, en caso de ser necesario recurrir a la medicación.

Tratamientos para la fase agresiva de la demencia senil

Existen diferentes medicamentos que se utilizan para controlar la agitación, el comportamiento violento y la inestabilidad emocional causados por la demencia, como es el caso de los medicamentos antipsicóticos, antidepresivos o estabilizadores del estado de ánimo que pueden ser recetados por un médico. No obstante, deben usarse con precaución y bajo supervisión médica debido a los posibles efectos secundarios. Además, debemos tener en cuenta que estos medicamentos solo deben usarse cuando otros enfoques no farmacológicos no hayan logrado mejorar los síntomas de la demencia senil agresiva.

Cómo mejorar la calidad de vida de una persona con comportamientos agresivos

Además, de los consejos comentados para tratar de evitar o reducir la agresividad, también podemos mejorar la calidad de vida de una persona con demencia senil agresiva abordando sus necesidades emocionales y físicas. Para ello podemos recurrir a:

Practicar actividad física

El ejercicio ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, ya que se liberan endorfinas, que pueden mejorar el estado de ánimo y reducir la irritabilidad en algunas personas. 

Además, el ejercicio regular puede contribuir a un mejor patrón de sueño y descanso, lo que puede tener un efecto positivo en el comportamiento de la persona con demencia senil agresiva.

Y si la actividad física involucra actividades cognitivas, como bailar, los beneficios son aún mayores, ya que la actividad puede proporcionar una estimulación cognitiva adicional muy necesaria para las personas con demencia.

Participar en terapias ocupacionales

Existen distintas terapias ocupacionales que buscan la mejora del movimiento de la persona y también del comportamiento. La musicoterapia, la pintura, manualidades, etc. son muy recomendables para tratar de frenar el deterioro cognitivo.

Mantener un hogar o entorno ordenado y seguro

Un ambiente ordenado y organizado puede proporcionar un entorno más seguro y menos estresante, lo que, a su vez, podría influir positivamente en el comportamiento de la persona con demencia, además de ayudar a reducir el riesgo de accidentes y caídas.

¿Necesitas ayuda?

Cuando un ser querido llega a la demencia senil en fase agresiva y la situación sobrepasa a los familiares y cuidadores, es posible plantearse la idea de acudir a un centro de día o residencia especializada donde la persona estará cuidada por profesionales de la salud, terapeutas ocupacionales y personal de enfermería. Estos profesionales comprenden las necesidades únicas de las personas con demencia senil, y pueden brindar una atención más adecuada, constante y segura que ayuda a prevenir comportamientos agresivos y accidentes.

En ORPEA ofrecemos a nuestros mayores diferentes programas de actividades diseñadas específicamente para personas con demencia senil. Estas actividades, que desarrollamos en nuestros Centros de Día y Residencias, incluyen ejercicio físico, estimulación cognitiva y actividades sociales, lo que puede ayudar a reducir la agresividad al proporcionar una rutina y una estimulación adecuada. Además, nuestros centros están adaptados a las necesidades de las personas con demencia senil agresiva y ofrecen acceso a servicios médicos, si fuese necesario.

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