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Las alucinaciones en personas mayores pueden manifestarse a través de experiencias sensoriales como ver, escuchar, sentir, oler o saborear cosas que no están presentes. Además de estos síntomas, es posible presentar conductas extrañas o desorientación.
Habitualmente, estas alucinaciones pueden estar relacionadas con diversas condiciones médicas como la demencia, la depresión mayor u otros trastornos neuropsiquiátricos.
Si estás preocupado por esta situación en un familiar o allegado y no puedes entender completamente lo que está experimentando o cómo ayudarlo, enseguida te explicamos a qué se deben las alucinaciones en personas mayores y cómo tratarlas.
Tabla de contenidos
Las alucinaciones en personas mayores son percepciones que se producen sin que haya un estímulo físico que las provoque, es decir, es algo que no existe, aunque para quien las percibe puede ser muy realista, hasta el punto de no comprender que está alucinando.
No hay que confundir alucinación con ilusión, ya que la ilusión es una interpretación errónea de un estímulo externo que sí existe. Por ejemplo, no es lo mismo ver a alguien que no está presente (alucinación), que ver a tu hija y pensar que es tu mujer (ilusión).
Existen diferentes tipos de alucinaciones, según el sentido con el que se perciban. Así, pueden ser:
Las alucinaciones visuales en personas mayores consisten en ver cosas que no están presentes, como personas, animales, objetos o luces. Estas pueden ser simples, como destellos de luz, o complejas, como ver personas o escenas completas.
Este tipo de alucinaciones consisten en escuchar sonidos, voces, música u otros ruidos que no tienen una fuente real. Estas voces pueden ser amigables, neutrales o, incluso, hostiles.
Consisten en sentir que algo toca la piel, como hormigueo, picazón, quemaduras, o incluso la sensación de que algo se está moviendo bajo la piel.
En estos tipos de alucinaciones en mayores, se perciben olores o sabores que no están presentes y que, generalmente, son desagradables como el humo, la podredumbre o el olor a químicos, o sabores extraños en alimentos o bebidas.
En este caso, la alucinación está relacionada con la percepción de una experiencia física, como son sensaciones de movimiento interno o externo del cuerpo, sentir que el cuerpo está vacío o que se están moviendo partes del cuerpo. Esta es, quizás, la alucinación menos frecuente en mayores.
Este tipo de alucinaciones en personas mayores son percepciones visuales, auditivas, táctiles o incluso somáticas que ocurren por la noche durante las transiciones entre la vigilia y el sueño. Ejemplos de ello pueden ser la sensación de amenaza inminente, de asfixia, de flotar, girar o caer. Como es lógico pensar, las alucinaciones nocturnas pueden causar mucha ansiedad en la persona que las sufre y también en su cuidador. Además, impiden que la persona mayor pueda descansar y tener una buena calidad de vida, influyendo en su estado anímico.
Las alucinaciones pueden comenzar a cualquier edad, pero son más frecuentes en la tercera edad. Esto es así porque las alucinaciones en personas mayores se deben a una combinación de factores físicos, cognitivos y psicológicos. En primer lugar, con el envejecimiento, el cerebro experimenta cambios estructurales y funcionales que pueden predisponer a la aparición de alucinaciones. Estos cambios pueden afectar la percepción sensorial y la interpretación de la realidad.
Además, las condiciones médicas más comunes en las personas mayores, como la demencia o los trastornos del sueño, pueden contribuir a las alucinaciones. También los trastornos psiquiátricos, como la depresión y la esquizofrenia, son más comunes en personas mayores y pueden estar asociados con alucinaciones.
Por otro lado, la pérdida de la visión y la audición que ocurre con la edad puede causar percepciones erróneas y confusión secundaria.
Además, los cambios en la química cerebral, los efectos secundarios de medicamentos y los trastornos metabólicos también pueden desempeñar un papel en la aparición de alucinaciones en personas mayores debido al desequilibrio de los neurotransmisores cerebrales.
Debido a la acumulación de múltiples factores de riesgo con la edad, como cambios a nivel del Sistema Nervioso Central, enfermedades crónicas y la presencia de múltiples condiciones médicas, así como la fragilidad y la vulnerabilidad física, pueden aumentar la probabilidad de que una persona mayor experimente alucinaciones.
Las causas de las alucinaciones en mayores son muchas y muy variadas. La más común de todas es la demencia, como es el caso del Alzheimer, pero, además, las alucinaciones pueden verse favorecidas por:
El tratamiento para las alucinaciones en la tercera edad depende de la causa subyacente, y puede incluir una combinación de enfoques médicos, psicológicos y de estilo de vida:
El enfoque multidisciplinario puede ser muy efectivo para tratar a aquellos mayores que experimentan alucinaciones. Por eso en ORPEA tratamos las alucinaciones en personas mayores mediante la labor coordinada de nuestro equipo sanitario y sus diferentes especialidades. Desde la atención de nuestros médicos y enfermeras, pasando por psicólogos y trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas y nutricionistas.
Además, las residencias ORPEA ofrecen un ambiente tranquilo, seguro y acogedor que puede ayudar a reducir la aparición y la intensidad de las alucinaciones. Nuestros centros siguen rutinas diarias predecibles, establecen horarios regulares, favorecen las relaciones sociales y las terapias no farmacológicas. Todo esto resulta muy beneficioso para quienes experimentan alucinaciones.
Si quieres más información sobre los Centros de Día y Residencias ORPEA y los cuidados que facilitamos a nuestros mayores, no dudes en contactar con nosotros.
Servicios especializados gracias a sus unidades de atención a demencias y alzhéimer, psicogeriatría o gran dependencia, dando así cobertura y tratamiento a la necesidad de cada mayor.
